LUNES 14/6,
LUNES 21/6,
LUNES 28/6.
TEATRO EL GALPÓN,
SALA CERO.
LUNES 21HS.
(n'am traversat: 2/11 - 6am.)// SEGUNDA TEMPORADA//
La cotidianidad de seres algo bizarros (un sádico, un castrado, un sobreprotegido que no para de comer lechuga, mujeres absurdamente abocadas a lo imposible, entre otros) vuelve extraña la propia realidad. En efecto, los sucesos aparentemente normales (o aparentemente anormales, según como se los mire) que se producen un 2 de noviembre, día en que los ángeles se han fugado, no parecen modificar (en la lógica del texto) el comportamiento de los personajes, no da la sensación de que los demás días vayan a actuar de modo diferente. ¿Y cuál es entonces la diferencia? ¿Qué es lo que ocurre ese día que no ocurre durante el resto del año? Es, quizás, la pérdida de la inocencia; la imposibilidad de los seres de ver sólo lo que deseban ver; es el momento en que la verdad cruda se empeña en imponerse, y los esfuerzos de los protagonistas por negarla parecen en vano. Admitamos, empero, que ésta es sólo una de las tantas lecturas posibles. Esta interesantísima pieza de Santiago Sanguinetti, escrita en 2006, alterna hábilmente una mística poética –con elementos de tragedia griega– y un ingenioso humor negro. Aplicando la estructura de un teatro fragmentario donde el tiempo pierde su propia congruencia –siempre es la misma hora–, distintas historias corren paralelas, al principio, para luego cruzarse sin que esto afecte la concreción espacio-tiempo.
A partir del 8 de enero y sólo por doce funciones, vuelve "Fuga de ángeles". Sala Cero del teatro El Galpón. Viernes y sábado 21hs, domingos 20hs.
"¿Cómo se verían los muertos si de repente se levantaran de sus tumbas? Una danza macabra. Los ángeles de la guarda huyeron para no volver quizás jamás. triste destino. El mundo queda huérfano. Hoy y siempre, es dos de noviembre."
Se trata de la segunda obra escrita por Santiago Sanguinetti en 2006. Este texto ganó en 2007 una Mención honorífica en los Premios Anuales de Literatura del Ministerio de Educación y Cultura y una Mención Especial en el Concurso de Obras Dramáticas COFONTE. Cinco historias contadas por cinco parejas de adorables personajes que luchan por vivir, donde el bien y el mal no tienen un rincón donde arroparse. Luciana Lagisquet conversó con El Boulevard acerca del proceso de construcción de la obra.
Estreno. Una obra onírica, llena de fantasía
Hoy, a una semana del estreno. Ayer nos visitaron Marianella Morena, su hijo Lautaro (qué sabia la honestidad de los niños...) y Mariano Prince. Después de cuatro meses de ensayos, una semana. Siete días. Todo va tomando forma. A pesar de ausencias, de apagones repentinos, de ensayos suspendidos a pesar nuestro, de proyectos superpuestos, de todo a último momento, de ruidos de calle, de plumas en las paredes, de mesas de más, de sillas que sobran, de columnas en el medio, con la sensación de estar trabajando en un museo, seguimos. Una semana. Y sólo nos falta un soplo para el knock out...
A quienes lean nuestra Nueva Primera Inesperada.Solamente nosotros somos la imagen de nuestro Tiempo. El corno del tiempo resuena en nuestro arte verbal. El pasado es estrecho. La Academia y Pushkin menos comprensibles que jeroglíficos.Puskin, Dostoievski, Tolstoi, etcétera, etcétera, deben ser tirados por la borda del vapor del Tiempo Presente.
Algunos opinan que, como los hombres no podemos parir, escribimos. Las mujeres -en eso también nos llevan la ventaja- pueden hacer las dos cosas. Hoy nos ataca una especie de síndrome pre parto, con dolores agudos. Como si empezaran las dilataciones a tres semanas del nacimiento -sí, sé que es imposible y humanamente aterrador, imagínense: 20 días de dilataciones, tres semanas de trabajo de parto, me duele de pensarlo... Y, sin embargo, elegimos hacerlo. Porque no podemos contra eso. Escribimos. Y actuamos. Y dirigimos. Y hablamos de teatro. Y hasta lo enseñamos. Meterle al teatro las horas que la vida te va dejando libres. Dos menos cuarto de la mañana y escribir en un blog sobre una obra que te va a dar pérdida. No hay vuelta, nos gusta sufrir... O al revés, y por eso hacemos teatro. Una cierta libertad. Un llegar a casa muerto de hambre y frío, pero con el estómago lleno de teatro, de vínculos humanos, de cuerpos contra cuerpos. Un "mañana madrugo", pero sueño con angelitos. Con una dolor imposible en la espalda, sin saber ya lo que es hueso y lo que es contractura. Con los ojos cansados de ver tanto bicho humano. Con la lengua gastada de hablar tanto, de hacer malabarismos con la gramática para decir exactamente lo contrario en una misma frase: "por ahí no, pero vas bien" o "eso mismo, pero probémoslo por acá". El teatro es presencia viva en un mundo de pantallas planas. Es el temor real a la muerte. Todo pasa ahora. Y todo puede dejar de pasar al cerrar los ojos. El equilibrista de circo que cae y muere, eso era el teatro para Tabori -para el Coco que siempre lo recuerda... El temor a la muerte. No nos cansamos de repetirlo, hacer teatro es un acto de rebeldía. Nos encanta creerlo. ¿El teatro es importante? No, y eso hace que sea esencial. Es un juego. Pero un juego a morir. Como el picadito: a morir a diez. Y todo sin saber cuál será el resultado. Si habrá un final. Y si será bueno. A tres semanas del estreno, la primera pasada. Hay algo. No sé bien qué. Pero hoy duermo tranquilo.
La intertextualidad es la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos (orales o escritos), ya sean contemporáneos o históricos; el conjunto de textos con los que se vincula explícita o implícitamente un texto constituye un tipo especial de contexto, que influye tanto en la producción como en la comprensión del discurso.